Trayecto de una obra: Los 60 no son los 90

Por Mora Ontiveros

“Lejos de nuestra intención pretender resolver el enigma. Nuestra tarea consiste en ver el enigma.” (Heidegger, 2003, p.66).

En el año 1994, en la Fundación Banco Patricios[1] de la ciudad de Buenos Aires, se presentó la muestra llamada 90-60-90. Según la intención de las curadoras, Marta Nogueira y Elena Oliveras, se exhibían, siguiendo una mera lógica formal, obras de destacados artistas surgidos a la visibilidad en la década del sesenta en el marco de la actividad vanguardista del Instituto Di Tella (Pablo Suárez, Marta Minujin, Jorge de la Vega, Nicolás García Uriburu, etc.) a la par de los artistas jóvenes y emergentes del momento (Jorge Gumier Maier, Miguel Harte, Marcelo Pombo, Pablo Siquier, etc.), haciendo una paralelismo que además de resaltar las medidas “ideales” de los cuerpos hegemónicos femeninos, trazaba un puente acrítico entre los revolucionarios sesentas y el orden neoliberal triunfante de los noventas.

Rosana Fuertes, fue invitada como una de las artistas destacadas del panorama joven. Sus grandes series de pequeños formatos y sus “shapes canvas” de camisetas de fútbol,  tituladas “Pasión de Multitudes”, habían ganado notoriedad y reconocimiento en poco tiempo. Ese mismo año representaba a la Argentina en la Bienal de La Habana y presentaba, en simultáneo, su primera exposición individual en Nueva York. Ella teniendo en cuenta los lineamientos generales de la exhibición y desde una posición crítica, decidió participar con una serie nueva, que desprendida de las ya conocidas, hacía hincapié en el título y la intención de la muestra. 

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Tierra de zombis o un breve ensayo sobre los zombis en el cine

Por Bruno Blasi

En resumen, el cine es un arte sólo en la medida en que es un mundo.

– Jacques Rancière, El poder del cine político, militante, “de izquierdas”. Entrevista a Jacques Rancière.

…cuando no haya más lugar en el infierno … los muertos caminarán por la tierra.

– Peter en El amanecer de los muertos

Introducción: el cine, ese arte contrariado

Zombis, aquellos monstruos que lograron hacerse un lugar en la gran pantalla (y en la pequeña también). Este ensayo es una indagación sobre ellos o, mejor dicho, sobre un subgénero del cine de terror donde son centrales: el cine de zombis.

La elección de este subgénero tan particular, alejado de otras expresiones cinematográficas que suelen considerarse con un “mayor valor artístico”, por decirlo de algún modo, es por la masividad que posee y, sobre todo, porque estos monstruos han logrado permanecer en rollos de celuloide y discos duros por largo tiempo.

En el presente trabajo propongo una interpretación posible de este subgénero. Para ello, partiré de una idea concebida por Jacques Rancière que creo muy productiva para esta tarea. Rancière, en El espectador emancipado (2019), tomando distancia de los análisis técnicos sobre los soportes o formatos del arte, sostiene que la eficiencia estética, es decir, su capacidad de configuración de lo sensible, está dada por el disenso entre la propuesta del artista y la actividad de los espectadores, que interpretan las obras, evocando una igualdad radical de todas las interpretaciones en una comunidad de espectadores, donde cada uno tiene la posibilidad de emprender su propia aventura intelectual.

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Metáfora y traducción. Espíritus libres en el viaje hacia lo desconocido

“Para el moderno está el Mundo de un lado, él del otro y el lenguaje para cruzar de un lado a otro del precipicio. Una verdad, se nos ha enseñado, es un puente sólido que se encuentra encima del abismo, un enunciado que describe adecuadamente el Mundo”.
(Comité Invisible, 2015: 36)
“… Ese episodio de la imaginación a que llamamos realidad.”
(Pessoa, 2013: 233)
“En cuanto a mí, no tuve convicciones. Tuve siempre impresiones.”
(Pessoa, 2013: 222)

Por Sofía Robiolio Bose

En una magnífica escena de la película Vivre sa vie de Jean-Luc Godard (1962), titulada “Nana fait de la philosophie sans le savoir”, Nana, protagonizada por Anna Karina, entabla una conversación con un desconocido en un bar. La película trata sobre la cotidianeidad errante de esta joven que comienza a prostituirse para ganarse la vida. Luego de preguntarle al hombre qué está haciendo –leyendo– y por qué –es su trabajo– le confiesa que, de repente, no sabe qué decir. Le sucede a menudo: sabe qué quiere decir, reflexiona sobre las palabras que va a usar para decirlo, pero en el momento de hablar, “puff”: neblina. El hombre le cuenta una historia sobre Porthos, un hombre que jamás se ha detenido a pensar. Tiene que poner una bomba en una cueva para hacerla explotar y, cuando lo hace, enciende la mecha y se escapa corriendo. Justo en ese momento piensa cómo es posible poner un pie delante del otro; entones deja de correr y no puede avanzar más. La bomba explota y con ella la cueva; alrededor le caen los escombros y al cabo de unos días muere aplastado. La primera vez que Porthos pensó, murió. Nana, conmovida, le pregunta por qué le cuenta una historia como esa: “porque sí, para hablar”. Ella se pregunta por qué es necesario hablar: mientras más se habla, menos significan las palabras. Muchas veces es mejor vivir en silencio. – “Las palabras deberían expresar justo lo que una quiere decir, ¿es que nos traicionan?” Y él, en un gesto muy elocuente: “sí, pero nosotros también las traicionamos. Tenemos que poder decir lo que queremos decir.”

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Nietzsche como educador / pedagogías desde la perspectiva del arte.

SEGUNDA CLASE / Por Facundo Martínez

 

“Callemos acerca de nosotros mismos”
Kant

“Conócete a ti mismo”,
Nietzsche

 

 -I-

El nombre de este ensayo es un juego de transposiciones y al mismo tiempo un reconocimiento a la pedagogía que atraviesa la obra de Friedrich Nietzsche. Y es también un posicionamiento. El lugar desde el que elegimos hablar de las pedagogías y de la relación que estas tienen con el arte. Muy profundamente comprendemos que se trata de una cuestión de matrices, no de matices. Y contra estas, con la intención de repensar la pedagogía desde la perspectiva del arte, dispararemos nuestros dardos envenenados con la leve esperanza de que trabajen como lo hacen las flechas de Apolo –“aquel que mata a distancia”[i]-, dando una muerte lenta, diferida, sobre esa apisonadora de la vida a la que la razón bautizó con el nombre de ciencia y que es el principal problema para el filósofo nacido en una parroquia de la pequeña ciudad de Röcken en 1844, y quien pese a los mandatos familiares -hijo y nieto de párrocos luteranos- eligió transitar el espinoso camino de la filosofía Sigue leyendo

La fortuna, la ciencia y la política

Primera clase / Por Eduardo Rinesi

 

En este curso de “Teoría Política y Teoría Estética” vamos a examinar, como ya hemos dicho en las comunicaciones previas que tuvimos con ustedes y como hoy mismo, miércoles 3 de junio, comentaremos en nuestro primer contacto remoto a través de la plataforma por medio de la cual vamos a conversar con ustedes, de aquí al final del cuatrimestre, todos los miércoles a la mañana, la pertinencia de las categorías del pensamiento sobre el arte y sobre lo bello para dar cuenta de los fenómenos de la vida de los hombres y mujeres en sociedad, y, a la inversa, la utilidad de las categorías de la teoría social y política para pensar los problemas del arte. Teoría política y teoría estética. En esa “y”, como decimos siempre, están los problemas. Siempre, en nuestras ciencias sociales, los problemas están en esa “y”: Economía “y” sociedad; La ética protestante “y” el espíritu del capitalismo. Es decir: ¿cómo se conectan, cómo se relacionan, cómo dialogan entre sí Sigue leyendo

«¿Cómo es Dios? Ella es negra», Por Guadalupe Cullen

¿CÓMO ES DIOS? ELLA ES NEGRA.

Resumen:

Este trabajo es una reflexión sobre Dios y sobre la vida -interpretados como lugares políticos y estéticos-, a la vez que defiende a las versiones dionisíacas de ambos desde una posición nietzscheana. En la primera parte se presenta a la tragedia -vínculo entre el filósofo y los griegos- como opuesta al Dios cristiano blanco, acompañada de una crítica a la dialéctica y a la filosofía moderna occidental desde distintos autores (Gayati Spivak, Franz Fanon, Cheikh Anta Diop, Susan Buck Morss) .

La segunda parte presenta a la máxima figura divina como a una dionisíaca mujer negra, que encuentra en el arte su espacio para hacer florecer a la visión trágica de la vida que Nietzsche defendía. Aquí los protagonistas son las poblaciones negras y sus manifestaciones artísticas que, acompañados de distintos pensadores como Georges Bataille, Judith Butler, Bell Hooks, Angela Davis, entre otrxs, logran funcionar como exposición del alegre mensaje de la tragedia, de la intuición en la inocencia del devenir.

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comoesdios2019