Por Bruno Blasi
En resumen, el cine es un arte sólo en la medida en que es un mundo.
– Jacques Rancière, El poder del cine político, militante, “de izquierdas”. Entrevista a Jacques Rancière.
…cuando no haya más lugar en el infierno … los muertos caminarán por la tierra.
– Peter en El amanecer de los muertos
Introducción: el cine, ese arte contrariado
Zombis, aquellos monstruos que lograron hacerse un lugar en la gran pantalla (y en la pequeña también). Este ensayo es una indagación sobre ellos o, mejor dicho, sobre un subgénero del cine de terror donde son centrales: el cine de zombis.
La elección de este subgénero tan particular, alejado de otras expresiones cinematográficas que suelen considerarse con un “mayor valor artístico”, por decirlo de algún modo, es por la masividad que posee y, sobre todo, porque estos monstruos han logrado permanecer en rollos de celuloide y discos duros por largo tiempo.
En el presente trabajo propongo una interpretación posible de este subgénero. Para ello, partiré de una idea concebida por Jacques Rancière que creo muy productiva para esta tarea. Rancière, en El espectador emancipado (2019), tomando distancia de los análisis técnicos sobre los soportes o formatos del arte, sostiene que la eficiencia estética, es decir, su capacidad de configuración de lo sensible, está dada por el disenso entre la propuesta del artista y la actividad de los espectadores, que interpretan las obras, evocando una igualdad radical de todas las interpretaciones en una comunidad de espectadores, donde cada uno tiene la posibilidad de emprender su propia aventura intelectual.
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